Origen

Cuenta la leyenda que durante la persecución de los almohades en el siglo XII contra los cristianos hubo de ser ocultada en una mina. Ya en el siglo XVI unos obreros que trabajaban en los cimientos de la sacristía oyeron una voz que decía: “Cavad y encontrareis la luz”, descubriendo la imagen iluminada por una lámpara por lo que se advocó como de la Luz. A raíz de este suceso nació la devoción hacia el Cristo de la Luz, entre cuyos devotos estaba San Juan de Dios (miembro y benefactor de la hermandad), fundándose una hermandad que le rindiera culto. La iconografía se asemeja a la del Cristo de Burgos tan extendida por toda la geografía española e iberoamericana, es decir, se trata de una talla de hechuras góticas con faldetín a modo de paño de pureza, corona de espinas y aureola plateadas, pelo natural superpuesto sobre el propio tallado. Se enclava en una cruz plana rematada en sus extremos por cantoneras redondeadas de la que pende un paño representativo del universo, en el cruce de los maderos aparece un resplandor.


En la siguiente instantánea podemos contemplar la antigua y extinta imagen del Cristo de la Luz.




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